No Son Trastornos, Son Maneras de Ver el Mundo
- Elisa Peláez

- 10 jul
- 2 Min. de lectura
En algún momento de tu vida laboral, alguien pasó desapercibido. Tal vez hablaba demasiado en reuniones, parecía distraído o no miraba a los ojos. Tal vez su ortografía era un desastre. O necesitaba más tiempo para entregar un informe… pero cuando lo entregó, era brillante.
Ese alguien quizás tenía TDAH, dislexia o autismo. Y probablemente nadie le preguntó cómo trabajaba mejor.
Las personas con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad no paran. Sus ideas llegan como olas. A veces se pierden en una rutina demasiado rígida, pero cuando el entorno es el adecuado, destacan por su energía, creatividad y capacidad de resolver bajo presión. ¿No es eso lo que muchas empresas buscan en sus líderes?

La dislexia puede hacer que una persona batalle con la lectura, pero muchas veces, lo que no ven en letras, lo ven en patrones. Richard Branson, fundador de Virgin Group, ha hablado abiertamente sobre su dislexia. Creó una cultura de innovación porque entendió que pensar diferente era su ventaja. Hoy existen espacios como The Dyslexia University que reimaginan la educación para estas mentes.
Las personas en el espectro autista, suelen tener una visión particular del detalle, una capacidad extraordinaria para enfocarse y una ética de trabajo que no negocia con la mediocridad. A veces, lo que necesitan no es un "ajuste razonable", sino un cambio de mirada. Ellos no son quienes tienen que adaptarse al mundo todo el tiempo.
Si trabajas liderando personas, diseñando procesos o tomando decisiones sobre equipos: empieza por mirar distinto. Pregunta cómo, no por qué. Escucha sin interrumpir. Da espacio para que otras formas de pensar respiren.
Tal vez la próxima gran idea de tu empresa ya está ahí. Solo necesita que alguien le abra la puerta.






